miércoles, 8 de octubre de 2008

El hombre tranquilo

Se llama Antonio y es el hombre tranquilo. Los que no le conocen les sonará a chino. Normal, no es ningún personaje de película, tampoco es un héroe, ni un escritor, ni un músico, ni un actor conocido. Es simplemente un hombre corriente, pero él tenía que estar en estas 101 historias, porque él es una historia, mejor que ninguna otra.

Le conozco desde hace miles de años, y desde ese mismo tiempo le admiro, y cualquiera de ustedes lo harían si le conocieran. ¿Y por qué? Fácil, por su forma sosegada, calma y justa de ver la vida, lo contrario de lo que representa mi absurdo ser, tendente al calentón, a la ira, a la gresca, a la pelea. A lo mejor él admira de mí precisamente eso, pero lo dudo, es demasiado juicioso.

Todas mis historias, o las que me salen, o las que quiero que me salgan, siempre tienen un personaje así: discreto, abstraído, cuyos silencios hablan y cuyas miradas callan, que abre la boca para decir lo justo, lo correcto, lo necesario, lo que todos estaban esperando que alguien diga. Un héroe callado en un mundo lleno de gritos. Si volviésemos al tiempo de los griegos, sería un hombre sabio. Si volviésemos a cualquier tiempo, sería un hombre justo.

Con él he viajado bastante, con él he visto amaneceres en lugares remotos, con él bebido mucho, con él he hablado de amores y desamores, con él me he desahogado, con él he sido sincero, y con él siempre obtuve la misma respuesta sensata, la misma paciencia para escuchar, esa virtud propia del carácter de un hombre templado.

Él siempre estuvo allí, pasaran los años, los amigos, los lugares, las tormentas en el desierto. Sus eternas gafas de metal, sus eternos náuticos, sus eternas camisas de cuadros y su eterno aspecto despistado, nunca necesitaron ni de la moda ni de las tendencias para conquistar, su tranquilidad y sensatez bastaban para seducir.

Para que puedan poner una imagen, o que se hagan una idea de cómo representarle, él sería Atticus Finch (Gregory Peck) diciendo a sus hijos que no se puede matar a un ruiseñor, porque eso es lo mismo que matar a la inocencia; él sería Graco (Charles Laughton), el sabio senador romano que elige con calma un cuchillo con el que acabar su justa vida, antes de caer en manos de los iluminados de siempre, en “Espartaco”; él sería el juez Dan Haywood (Spencer Tracy) intentando comprender en Nuremberg por qué el hombre es un lobo para el hombre, en “Vencedores y Vencidos”; él sería Eddie “Scrap Iron” Dupris (Morgan Freeman), golpeando con una sola mano al chuloputas que abusa de un pobre idiota en “Million Dólar Baby”; pero sobre todo, él siempre será Sean Thorton (John Wayne), el hombre sereno y pacífico que regresa a Innisfree.

Cuando las cosas se joden, cuando sólo vale el ¡sálvese quien pueda!, cuando ruge la jauría, cuanto todos huyen, cuando muchos gritan, cuando nadie escucha, cuando vienen mal dadas, cuando se acerca el abismo, cuando no hay nada más por decir, cuando la violencia asoma, cuando apenas queda sensatez, ahí está el hombre tranquilo.


En estos momentos difíciles y duros para el hombre tranquilo, sirva de homenaje la nana que Javier Navarrete compuso para la BSO de la oscura y luminosa “El laberinto del Fauno”, que encaja con su forma de ser.

4 comentarios:

fritus dijo...

magnifico post...y preciosa referencia al ex boxeador irlandés interpretado por John Wayne...( aviso, en el mundo frito voy a hacer un post sobre la peli que se va a cagar la perra)

Espero que amainen los momentos oscuros para Antonio quiet man, por el que siento sin conocerle una cooriente de afecto inducido por éste post.

Tengo un cuñao, que más que cuñao es amigo, que encaja también perfectamente con esta descripción...fué durante muchos años, antes que le ascendiaran a jefe de parque, conductor de camión de bomberos, y bombero, por ende, de la Generalitat de Catalunya...se ha ed ser de una pasta especial para acercarte tranquilamente ( bueno más bien a toda velocidad) a los sitios de los que todo el mundo huye a toda velocidad, en dirección contraria.

Un abrazo

Anónimo dijo...

estoy de acuerdo con fritus, magnífico post, excelentes referencias, y ... felicidades a ti por tener un amigo así, y felicidades a él por tener a alguien que le aprecia tanto que le muestra así

oliver sotos gonzález dijo...

Pues mi abrazo más sincero a Antonio, ya que ahora, tal como comentas, está pasando por difíciles momentos. Además, al compararlo con tamaños personajes del mundo del cine, seguro que sacará unas más que buenas conclusiones de su situación personal, y actuará en consecuencia.

Por cierto, y volviendo al cine: Yo de todos creo que me quedo con Atticus Finch. Desde la primera vez que vi la película, me dije: yo de mayor quiero ser como él. Hace poco vi Capote (gran película a mi entender), y al menos me acerqué aunque fuera en ficción a la escritora/monstruo que parió "Matar un ruiseñor". Espectacular.

Gonzo, gran homenaje a tu amigo Antonio.

Saludos!!!

Anónimo dijo...

Es la segunda vez que leo este post. Una historia extraordinaria para un hombre extraordinario.
Eugenia