La vida son momentos. Todos los deseamos, todos los recordamos: un instante fugaz, una mirada perdida, una alegría inesperada, una derrota dulce, una victoria amarga, un juego infantil, un beso anhelado, una sonrisa fugaz, la cima de la montaña, el abismo más profundo, un destino lejano, una soledad cautiva, una huida hacia delante, un amigo perdido, un amor añorado, una caricia equivocada, una caricia acertada, un golpe bajo, un grito de dolor, un llanto desgarrador, una frase oportuna, una respuesta inoportuna, la nostalgia de lo perdido, la nostalgia de lo que deseamos y nunca conseguimos. Toda historia tiene momentos inolvidables. Éstos son unos cuantos, también de cine, claro. De nuevo elijan los que más les gusten, pero eso sí, adivinen cuáles son:
Es usted un loco, señor Baxter, le dijo la ascensorista al trepa solitario y digno.
¡Milana bonita!, ¡milana bonita!, gritaba desesperado el loco, que comentaba que ella no estaba a gusto con él. Y el cuervo, apostado en el campanario, oyó que el viejo loco la llamaba. ¡Quiá!, ¡quiá! Y entonces el pájaro voló hasta su hombro. Milana, bonita. Milana, bonita, sonreía satisfecho el viejo loco.
La mujer rubia espera, tranquila, fumando un cigarrillo, contemplando la mañana, mientras, a sus espaldas, poco a poco, los pájaros se van posando en los columpios para niños.
El detective miró una y otra vez... era ella, su pelo era distinto, ya no era rubia, pero era ella, había vuelto de entre los muertos.
Y entre la sangre y los cuerpos destrozados, testigo de la carnicería, el capitán sólo es capaz de oír el silencio, y ver a los hombres morir, y gritar, y llamar a sus madres, y todos acuden a él para que les saque de ese horror, y el agua de mar ensangrentada corre por su frente... y su mano nunca pudo dejar de temblar.
¿Qué es lo que viste, Clarice? ¿Qué es lo que viste?... Corderos. Y estaban gritando..., le responde la mujer a la mente diabólica que comprende, mejor que nadie, el sentido de los terribles gritos de los corderos.
Y la bestia agarró a la bella y trepó a lo más alto, para enfrentarse a todos.
Nadie creía en él, nadie confiaba que saliera con vida, nadie le apoyó... Y el hombre avanzaba por una calle solitaria, de un pueblo desierto y cobarde que le abandonó, y le sudaban las manos, y se le secaba la garganta... Y el tren llegó, y de él bajaron tres hombres, tres asesinos... para matarle.
El gran explorador observa que desde la línea del horizonte del infinito desierto, un jinete se acerca poco a poco hacia el pozo.
Cabalgar a su lado ha sido un honor, señora, le dijo el general a su esposa antes de partir hacia su destino.
La esposa se acerca a la máquina de escribir, donde el marido llevaba trabajando semanas. Y horrorizada descubre que una sola frase se repite en todas las páginas: No por mucho madrugar, amanece más temprano.
La hermosa mujer se ducha, tranquila, triunfante por el dinero conseguido, cuando no sabe que al otro lado de la cortina... una sombra le acecha.
Y el tipo enamorado sale a la calle, y bajo la lluvia, comienza a cantar y a bailar.
Miss Kenton le pregunta al inalterable mayordomo qué libro lee. Y él no quiere responder. Y ella se acerca a él, deseosa de averiguarlo. Y le arrincona, sin escapatoria. Y ella se lo quita de sus manos, despegando uno a uno los dedos que se aferran al libro. Y descubre que el mayordomo lee una novela romántica.
Recuerdo cada detalle de aquel día: los alemanes iban de gris y tú ibas de azul.
Y la mujer desesperada corre tras el camión, donde se llevan a los hombres, y los alemanes la disparan, y el niño, vestido de monaguillo, corre a abrazarse a ella.
¿Por qué estás deprimido Alvin?, le pregunta el médico al niño gafotas... He leído que el universo se expande, le responde el niño. Y la madre cabreada le cuenta al médico que ha dejado de hacer los deberes. Y el niño, con lógica aplastante, le cuenta que si el universo se expande, y el universo lo es todo, un día se romperá y eso será el final... ¿Y qué tiene que ver el universo? ¡Estás aquí, en Brooklyn! ¡Brooklyn no se está expandiendo!, le regaña de nuevo la madre.
¡No soples! ¡Chupa! ¡Chupa!, le decía la oronda mujer al adolescente ahogado.
El abogado, derrotado por una sentencia injusta y caprichosa, recoge sus cosas entre los asientos vacíos de la sala, mientras, arriba, los negros permanecen en pie, y la hija observa curiosa. Entonces el hombre negro se dirige a la niña: “Señorita Jean Luise, póngase en pie... su padre sigue ahí”. Y el padre que todos hubiésemos deseado tener, abandona la sala.
No, Luke... Yo soy tu padre.
Y el padre, con la cara magullada y sangrando como un cerdo, pide un cigarrillo. Y entonces le cuenta al mafioso lo siguiente: ¿usted es siciliano? Sabe, yo leo mucho, me resulta fascinante la historia. Y hay un hecho que no sé si usted conoce... Los sicilianos vienen de los negros... Hace cientos de años, los moros conquistaron Sicilia, y los moros eran negros... Antes, los sicilianos eran como los italianos del norte. Ellos eran rubios y con los ojos azules, pero los moros cambiaron el país entero. Follaron tanto con las mujeres sicilianas que cambiaron la línea sanguínea. Así que el pelo rubio y los ojos azules se convirtieron en pelo negro y piel oscura... Y cientos de años después siguen llevando genes negros. Está escrito. Es un hecho...
Me rompiste el corazón, Fredo, me rompiste el corazón.
Tú me desprecias, ¿verdad?, le pregunta el hombrecillo. Si tuviese un pensamiento al respecto, probablemente lo haría, le responde el dueño del bar.
Recuerda lo que dijo no sé quién. En Italia, en treinta años de dominación de los Borgia, no hubo más que terror, guerras, matanzas. Pero surgieron Miguel Ángel, Leonardo Da Vinci y el Renacimiento. En Suiza, por el contrario, tuvieron 500 años de amor, democracia y paz ¿y cuál fue el resultado?... el reloj de cuco.
Y el sacerdote se bajó del coche a la neblina de la noche. Y miró a la casa y sintió que su viejo enemigo le esperaba ansioso para el enfrentamiento final.
La mujer se acerca a la cuna negra, mientras sus agradables vecinos toman el té y departen tranquilamente. Y la madre se asoma para ver a su hijo, y sólo pudo ver esos ojos.
El hombre se viste y observa a la puta que le mira. En la cama de contigua un niño duerme. En la otra habitación, oímos a una segunda puta se queja de que los dos hermanos no le han pagado lo justo. Y el hombre mira a la mujer y le paga. Luego pasa a la habitación de al lado y no necesita decir nada. Ellos le comprenden. Los tres salen afuera donde el cuarto integrante del grupo les espera, afilando una rama con su navaja. Y los cuatro se miran, y el hombre del bigote dice una sola palabra: Vamos... Y los cuatro cogen sus armas en busca de su camarada, en manos de todo un ejército.
Ego sum Spartacus!, dijeron todos.
En el horizonte, un grupo de helicópteros avanzan en formación. Es una mañana tranquila y soleada. Se dirigen hacia un pacífico pueblo. Y el coronel Kilgore da la orden. Y por los altavoces empezamos a oír la Cabalgata de las Walkirias.
Un hombre espera en una carretera solitaria, y espera, y espera, mientras una avioneta fumiga unos campos.
El prisionero tenaz se acerca al jefe del campo, al que se lo lleva la Gestapo. “Después de todo, usted verá Berlín antes que yo”. Y al prisionero tenaz se lo llevan a la nevera, y escuchamos el sonido de la pelota chocando contra la pared, una y otra vez.
El aventurero indómito busca desesperado a la mujer que ama en plena kasbah, cuando un gigante que domina una espada le amenaza... y el aventurero, agotado, simplemente desenfunda y le dispara.
¿Estás hablando conmigo?
Como alcalde vuestro que soy os debo una explicación, y esa explicación que os debo, os la voy a pagar.
Y el vagabundo hambriento, antes de comer, baila con los panecillos, como si fueran dos piernas.
Y un grupo de locos se mete en un camarote, y va entrando gente, y más gente, y dos huevos duros.
Y ella para demostrar lo incautos que pueden llegar a ser los hombres, empieza a gemir y a gemir en pleno restaurante... Y la señora de al lado pide lo mismo al camarero.
Y el pesao pontificando sobre Fellini y Marshall McLuhan. Y el tipo de gafas se acuerda de la familia del pesao; y éste dice que es un país libre para opinar lo que quiera y que él es profesor en la universidad y sabe mucho sobre el tema. Y entonces el tipo de gafas se acerca a un cartel, tras el que aparece Marshall McLuhan, que le suelta al pesao que no tiene ni idea de lo que está hablando y que cómo puede dar clases de algo que no entiende. Y el hombre de gafas mira al espectador y nos dice lo que todos nosotros hemos deseado decir alguna vez... Amigos míos, si la vida fuese así.
Matar a un hombre es la hostia. Le quitas todo lo que tiene... y todo lo que pudiera tener, le dijo el asesino al chico.
Me gusta pensar en la vida del vino, en que es una cosa viva. Me gusta pensar en qué pasaba el año en que crecían las uvas, en cómo brillaba el sol, o si llovía. Me gusta pensar en toda la gente que cuidó y recogió las uvas. Y si es un vino añejo, en cuántos de ellos ya deben estar muertos. Me gusta ver cómo un vino sigue evolucionando. Por ejemplo: si abro una botella hoy, sabrá distinto si lo hubiera abierto cualquier otro día. Porque un vino embotellado en realidad está vivo y evoluciona y adquiere complejidad constantemente... hasta alcanzar su punto álgido, como el tuyo del 61, y entonces comienza su constante e inevitable declive... y sabe jodidamente bien. Y dicho esto, ella puso su mano sobre la de él..., y él no se atrevió a besarla.
5 comentarios:
Pues sí, así de chulo soy que voy a autocomentarme la entrada. No, simplemente quiero dar respuesta y el debido premio al único valiente (aún queda alguno por ahí) que se atrevió a intentar averiguar los títulos de "Principios". Mi intención no era hacer un concurso, salvo que alguno se atreviese, simplemente poner principios, como ahora momentos, que a mí me llegaron y que me parecen cojonudos, algunos de obras maestras, otros de grandes películas, o no, pero el caso era contarlos y, si a alguien les molaba también, pues cojonudo. Como regalo a Fritus, aquí pongo los 35 principios de la entrada de hace unos días, van por orden:
El Padrino
Sin perdón
Gladiator
Seven
Blade Runner
El paciente inglés
Veredicto final
Muerte en Venecia
Novecento
Ciudadano Kane
Rebeca
Memorias de África
El apartamento
Matar a un ruiseñor
Los santos inocentes
El exorcista
Ciudad de Dios
Salvar al soldado Ryan
Apocalipsis Now
El cazador
El silencio de los corderos
Muerte entre las flores
El laberinto del fauno
Lost in traslation
Taxi driver
Días sin huella
Alien
2001
Annie Hall
Manhathan
Ser o no ser
El hombre que mató a Liberty Valance
Grupo Salvaje
Mad Max 2
El viaje a ninguna parte
Pues eso.
Ay, qué depresión, que no me sé casi ninguno... Mi autoestima queda por los suelos, pero como el post está supercurrado, te mereces un esfuerzo por mi parte...
Lo único que he detectado es:
El apartamento
Los Santos Inocentes
Los pájaros
El silencio de los corderos
King Kong
El resplandor
Psicosis
Cantando bajo la lluvia
Amarcord
El padrino
El tercer hombre
El exorcista
Espartaco
Apocalypse Now
Taxi driver
Bienvenido Mr. Marshall
El camarote de los hermanos Marx
Cuando Harry encontró a Sally
Annie Hall
Sin perdón
Entre copas
Y, claro, Blade Runner
Ay, pordios, qué depresión...
No tengo tiempo ni de leer completa la entrada. A ver si este finde le dedico tiempo...
Debido a mi excesivo protagonismo del otro día, sumado al hecho de que mi adorada bruji me ha pisado todas las que reconozco y bastantes más…voy a permanecer esta vez en un discreto segundo plano…no sin antes hablar de una escena que se me quedo grabada y que por lo visto…al administrador de esta bitácora, tambien…me refiero a “Amor a quemarropa” ( “true romance” para los pedantillos puristas) a la que corresponde esa escena de padre abnegado y apalizado y sangrante dispuesto a darlo todo por su hijo, no sin antes despacharse a gusto sobre el origen antropológico norteafricano de los sicilianos….encuentro en la cumbre entre dos peaso monstruos del celuloide Dennis Hopper y Christopher Walken (ahí es ná).
La teoría expuesta sobre la intensidad de la colonización norteafricana en Sicilia, está expuesta de forma muy simple pero no es ninguna tontería…tener en cuenta que durante muchos siglos Sicilia fue dominio fenicio-púnico ( como Eivissa) y luego, siglos más tarde, dominio musulmán….el ingrediente que falta son siglos de dominación ed la Corona de Aragón…( y cuando hablo de Aragón y de gente que tuviera cojones y costumbre de meterse en un barco en la edad media, hablamos de catalanes).
Como siempre, mi caos mental. Perdona, y un abrazo muy grande Gonzo.
Sólo decirte que has puesto el trozo más increible de Blade Runner, el único en el que se ve el cielo de toda la película...
saludos y salud
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