Es el fin. Se veía venir. Ya nada tiene remedio. No merece la pena continuar. Se acabó. La crisis económica, la gripe A, el deshielo de los Polos. Todas eran señales demasiado evidentes. Los melones hormonados prefieren liarse a palos por un puto botellón antes que por una formación digna; la audiencia televisiva prefiere a una rubia recauchutada que se tiró a un torero antes que a “Lost”. Ya lo predijeron Nostradamus, San Malaquías y la Biblia. Esto se acaba. E finito. Bye bye. Fue bonito mientras duró. Unos dicen que será el 21 de diciembre del 2012, según predijeron los mayas y su apocalíptico calendario. Otros (más racionales) dicen que el 22 de diciembre el calendario maya se reiniciará (o sea se pondrá a cero), y lo único que pasará es que la calle Preciados estará hasta arriba de masas comprantes, como siempre por otra parte.
No soy profeta, pero ya les digo que sé cuándo va a acabar todo esto. No ha sido una iluminación, ni un exceso etílico, ni un viaje psicotrópico. No se me ha aparecido la Virgen, Michael Jackson o Elvis. Ya se lo puedo adelantar a todos ustedes: el mundo (como lo conocemos hasta ahora) se terminó esta tarde. Y no ha sido por obra de un meteorito, un maremoto o Bin Laden y su barba. El detonante fue la llegada del euro, le siguió la muerte de Copito de Nieve, y la catarsis vino de la mano de Esperanza y su tarareo del himno. Tras estos acontecimientos todo se ha precipitado. El Valle de Josafat ya está cerca. Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis han puesto a abrevar a sus monturas. Prepárense para “El Juicio Final”. This is the end, my friend. Purguen sus penas, agoten sus vicios, despídanse de los suyos.
Hoy, señores, dieciséis de septiembre del año 2009 de Nuestro Señor, he bajado a la panadería y el corazón se me ha detenido, la sangre helado, los sudores aflorados. Hoy, en esta fecha marcada en rojo para siempre, la panadera me ha comunicado lo que nunca quise escuchar. Señores, señoras, niños y niñas: los cuernos con chocolate, a partir de ahora, vendrán siempre empaquetados en un puto plástico. El mundo se desploma.
No soy profeta, pero ya les digo que sé cuándo va a acabar todo esto. No ha sido una iluminación, ni un exceso etílico, ni un viaje psicotrópico. No se me ha aparecido la Virgen, Michael Jackson o Elvis. Ya se lo puedo adelantar a todos ustedes: el mundo (como lo conocemos hasta ahora) se terminó esta tarde. Y no ha sido por obra de un meteorito, un maremoto o Bin Laden y su barba. El detonante fue la llegada del euro, le siguió la muerte de Copito de Nieve, y la catarsis vino de la mano de Esperanza y su tarareo del himno. Tras estos acontecimientos todo se ha precipitado. El Valle de Josafat ya está cerca. Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis han puesto a abrevar a sus monturas. Prepárense para “El Juicio Final”. This is the end, my friend. Purguen sus penas, agoten sus vicios, despídanse de los suyos.
Hoy, señores, dieciséis de septiembre del año 2009 de Nuestro Señor, he bajado a la panadería y el corazón se me ha detenido, la sangre helado, los sudores aflorados. Hoy, en esta fecha marcada en rojo para siempre, la panadera me ha comunicado lo que nunca quise escuchar. Señores, señoras, niños y niñas: los cuernos con chocolate, a partir de ahora, vendrán siempre empaquetados en un puto plástico. El mundo se desploma.
(Les pongo el trailer de la próxima película del ínclito Roland Emeric. Este señor alemán que hace cine en Jolywood ya se ha cargado el mundo varias veces. Pero no me digan que no tiene gracia ver al portaviones John F. Kennedy caer sobre la Casa Blanca... Tiene unos puntos este señor)
11 comentarios:
Algo tienen que hacer con el plástico ahora que no vamos a tener bolsas del carrefour.
No sé qué me ha llevado a recordar una canción de Tequila que decía eso de (ejem, ejem) "...veremos el fin del mundo, en directo y por televisión...", pues eso. Yo pienso que este señor debería hacerse ver por un psiquiatra porque esa afición a destruir el planeta, total o parcialmente, no me parece sana.
Saludos
si los cuernos de chocolate de tu panadería van a venir envueltos en plástico a partir de ahora, entonces estás condenado a ver cómo su tamaño disminuye año tras año.
¨"La Panadera me pone los cuernos con plastico" ..¿es una metafora?
No, es una sinonimia... por favor, eleven el nivel del humor.
"La Panadera me pone los cuernos con plastico en la azotea del Empire State".... asi esta mejor?
Ah, se me olvidaba. Me gusta mucho tu blog y todos los articulos que escribes (Los he leido practicamente todos). Mis comentarios anteriores o intentos de chiste no tenian animo de ofender y mucho menos de burla.
Un saludo cordial y mucha suerte.
sigo sin entender la metafora, pero buenorr, no problemo... no era ofensivo, eso por supuesto, sobre todo por que firmó, y, al menos, si alguien es ofensivo está bien que firme... los trolls suelen ser seres anónimos... incluso alguno se ha dejado ver por aquí.
Es el fin del mundo...las panaderas fuman chocolate y le ponen los cuernos a sus maridos con Roland Emerich, que a falta de proilacticos, se la envuelve en un plastico...
No, de verdad, creo que he captao la idea, solo es que estoy muy espeso.
Por cierto, sus dos posts anteriores, el del orgullo y el de PIXAR, muy, muy, grandes...bueno este tampoco esta mal, pero los dos anteriores ...very molones
Me duele ahora que nadie se acuerde del Donut, el más grande entre los grandes.
Además, lo que más me preocupa es la mención a una panadería de las de toda la vida. Yo no lo habría publicado; como se sepa por ahí, igual acaban con ella
Cuando leí esto la primera vez, hace unos cuantos días, pensé en dejarte un comentario, pero sólo se me ocurría dejarte una sonrisa. Y temía que entre tantas palabras no la vieras...
Ahora tengo otras palabra
¡¡¡haz el favor de escribir más!!!!
(y esto te lo dice la más vaga del planeta...)
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